El declive comercial de Europa

El declive comercial de Europa

A principios del siglo XX casi la totalidad del comercio mundial pasaba por Europa. Un siglo después, el comercio europeo supone menos de la quinta parte del comercio global. ¿Cuales son las claves de este descenso?

¿Es Europa cada vez más irrelevante en comercio internacional?

Si bien la creación y el desarrollo de la Unión Europea a finales del siglo XX supuso la puesta en marcha de uno de los mayores bloques comerciales del mundo, en los últimos años esta importancia parece cada vez menor.

En el plano comercial, la Unión Euopea actualmente está sumida en diferentes conflictos comerciales con Estados Unidos y China, y no ha sido capaz de poner en marcha acuerdos comerciales con otros países o bloques como el que firmó con Mercosur o la renovación del tratado comercial con México.

La salida del Reino Unido de la UE, la respuesta poco eficaz del bloque a desafíos como la guerra de Ucrania, la subida de aranceles de Estados Unidos, o su pobre relación con China, marcan una tendencia a la baja del continente a nivel comercial.

Causas estructurales del declive

La Unión Europea ha experimentado un declive de su cuota en la economía mundial, pasando de representar cerca del 28% del PIB global en 1960 a menos del 17% en la actualidad.

Este descenso se combina con una caída demográfica significativa, que limita el tamaño del mercado y reduce su peso relativo frente a regiones con poblaciones más dinámicas, como Asia.

Sectores con mucho peso en el continente, en cuanto a beneficios y empleo como el químico o el automovilíticas tienen cada vez una importancia menor en el panorama mundial frente a rivales asiáticos.

Tampoco existen en el continente emprsas líderes mundiales en nuevas tecnologías como si tienen China y Estados Unidos que fomenten la creación de un entorno empresarial competitvo, ni una estrategia eficaz para el desarrollo de un tejido empresarial en este campo.

Falta de liderazgo y respuestas políticas


Europa ha mostrado una crisis de liderazgo y cohesión interna que la ha convertido en un actor secundario en los grandes acontecimientos globales.

Sus respuestas diplomáticas y económicas ante las crisis actuales (como la guerra de Ucrania y la guerra comercial con Estados Unidos) han sido vistas como insuficientes y dependientes del liderazgo estadounidense, lo que reduce su influencia.

Factores económicos y tecnológicos


El continente está atrapado en una espiral de bajo crecimiento, altos costes energéticos y una demanda interna débil. La pérdida de competitividad frente a las empresas tecnológicas de EE.UU. y Asia, la fuga de talento y la desindustrialización acelerada han tenido efectos adversos sobre la capacidad de Europa de marcar tendencias y aprovechar oportunidades en el comercio internacional.

La decisión política de no comprar petróleo ruso, consecuencia de la guerra de Ucrania ha supuesto un encarecimiento del precio de la energía en todo el continente, afectando de lleno a precios y competitividad de fábricas de toda Europa.

Transformaciones en el comercio global


La fragmentación del comercio, las tensiones comerciales con China y el auge de países asiáticos en redes globales de suministro han desplazado el centro de gravedad del comercio mundial hacia otras regiones.

Europa, además, ha endurecido sus regulaciones y se enfoca más en preservar su pasado que en definir el futuro, lo que limita su atractivo en el ámbito global

Por ello parece imprescindible que el bloque asuma cambios de envergadura para evitar quedar en unos años en la irrelevancia económica y comercial.